LA HORA DEL CUENTO


LA HORA DEL CUENTO
A los más pequeños les encanta que les cuenten cuentos, pero no hay que suponer que los únicos destinatarios de la narración son los prelectores por el simple hecho de no leer, sino que la narración es una experiencia cautivante para todas las edades.

En educación infantil comienza la iniciación a la literatura, se ayuda a los niños a descubrir el mundo y también a descubrir el placer de escuchar cuentos.

Para ello hay que crear un clima propicio para narrarles o leerles en voz alta un cuento, pero no es fácil, puesto que los niños no se convierten automáticamente en buenos oyentes y el tiempo en el que prestan atención es breve, pero este tiempo se puede prolongar debido a que se apela a otros recursos para mantener activo y despierto ese interés.

En nuestra labor como maestros y maestras es convertirnos en los juglares de los libros, la voz que éstos utilizan para llegar a los niños que aún no saben leer. Para conseguirlo, aparte de la habilidad que se posea para seleccionar y presentar los textos oralmente, aparte de la capacidad para crear el clima adecuado, ha de partirse la premisa de no convertir este momento íntimo en una ocasión para “enseñar”. Es hora de que padres, maestros y maestras comprendan que la literatura infantil debe ser disfrutable por sí misma.

Los momentos más apropiados pueden presentarse espontáneamente, casi en cualquier circunstancia, porque los mejores momentos para la literatura aparecen a menudo de forma inesperada, y por ello son doblemente gratificantes.
La interactuación es imprescindible ya que a través de ella introducimos a los niños en la historia, mantenemos su atención, comprobamos sus niveles de comprensión, encauzamos la atención hacia determinado personaje o determinada acción, asentamos el vocabulario…

La lectura o narración se puede interrumpir para preguntar o proponer a los niños:

-          Que tema se desarrollará
-          Acciones de los protagonistas
-          El probable desenlace
-          El desenlace deseado

Otro tipo de interacción son las preguntas finales que podemos hacer a los niños una vez haya acabado la historia o el cuento.

Para contar un cuento o una historia hay 3 estrategias:

-          CUENTACUENTOS: son relatos transmitidos oralmente.
-          NARRACIÓN CON LIBRO: se cuenta una historia a través de imágenes.
-          LA LECTURA: se lee un libro con apoyo de imágenes.
El cuento que he elegido para realizar esta actividad es “Adivina cuanto te quiero”, es un libro que me gusta mucho y que no he tenido muchas ocasiones en las cuales he podido leerlo con los niños, por tanto me apetecía escogerlo para esta actividad.

La estrategia que he elegido yo para contar este cuento es la lectura. Bajo mi punto de vista es un texto para ser leído en voz alta porque es un libro literario que está muy bien traducido al español, tiene unos dibujos muy grandes y en mi caso más aún, ya que es el formato grande, y eso hace que los oyentes puedan seguir con facilidad la historia, teniendo unas ilustraciones grandes y fáciles de interpretar.  

La edad en la que he pensado es para niños de 3-4 años, aunque es un cuento que se puede leer desde los más chiquititos hasta los más mayores, pienso que con niños de esta edad se les puede hacer preguntas y alguna actividad después de la lectura, aunque menos que con los niños más mayores, pero en esta edad es cuando los niños empiezan a exteriorizar y a querer mostrar ese cariño y apego, entonces es perfecto.

Por motivos de salud no pude asistir a clase el día en el que se hacía esta actividad y por tanto no la pude llevar a la práctica con mis compañeros, pero me he grabado leyendo el cuento en casa.

Antes de grabarme leí el cuento varias veces, a mí misma, leyéndoselo a mi madre a la cual le encantó el cuento, en frente de un espejo… pero me di cuenta de que es mucho más difícil cuando no tienes a nadie al cual dirigir la historia, al que hacer partícipe de ese cuento. Cuando se lo leía a mi madre me resultó un poco más fácil, pero aun así no tiene nada que ver leérselo a niños que a adultos.

Me hubiera gustado mucho hacer este taller ya que se aprende muchísimo tanto de uno mismo, a partir de contar el cuento para los demás, como por los comentarios y cuentos de los demás compañeros.

Respecto a mi lectura del cuento bajo mi punto de vista de manera autocrítica creo que debería haber comenzado la lectura de otra manera en la que se capte mejor la atención de los oyentes, pero como he mencionado anteriormente, leer un cuento y no dirigirlo a niños, si no a adultos o a mí misma es muy difícil, y me he puesto nerviosa grabándolo, incluso sabiendo que estaba yo sola. Otra cosa que cambiaría sería el mirar tanto al libro, pero cada vez que miraba a la cámara me desconcentraba y me ponía más nerviosa, pero llevado a la práctica con los niños es muy diferente, interactuando mucho más con ellos y haciéndoles partícipes de la historia.

BIBLIOGRAFÍA

Labajo, I. Curso 2018-2019. Apuntes y artículos de Literatura Infantil.  

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